Vibrio cholerae |
-Causas
La causa más habitual de contagio es por consumir alimentos o beber agua contaminados por heces humanas. No se suele transmitir de persona a persona.
La bacteria sobrevive en la superficie de cualquier alimento durante 5 días a temperatura ambiente, y hasta 10 días si la temperatura se mantiene entre 5 y 10 grados centígrados.
La bacteria libera una toxina que causa aumento en la secreción de agua de las células de los intestinos, lo cual puede producir diarrea intensa.
-Síntomas
El cólera es una enfermedad muy virulenta que afecta a niños y adultos y puede ser mortal en cuestión de horas.
Aproximadamente el 75% de las personas infectadas con Vibrio cholerae no presentan ningún síntoma.
- La enfermedad comienza con una diarrea repentina, indolora y acuosa
- En los casos graves se llega a perder un litro de líquido por hora, en la diarrea. Esto puede llevar a la deshidratación, y esto a la muerte.
- Vómitos
- Cólicos abdominales
Hospital del cólera |
- Perdida de memoria
- Apatía, decaimiento
- Piel seca
- Membranas mucosas secas o sequedad en la boca
- Sed excesiva
- Ausencia de lágrimas
- Calambres musculares
- Pulso débil y aumento de la frecuencia cardiaca
- Deshidratación
El objetivo del tratamiento es reponer los líquidos y los electrólitos (potasio, sodio, magnesio, cloruro, hidrógeno fosfato, bicarbonato) perdidos por la diarrea y los vómitos.
Hasta el 80% de los casos se pueden tratar con la pronta administración de sales por vía oral, con el fin de rehidratar.
El potasio se repone con zumo de limón, agua de coco o similares.
Si el paciente ha perdido un alto volumen de líquido u electrólitos, es necesaria la reposición por vía intravenosa.
Los antibióticos se les recomienda a los pacientes con diarrea severa. Estos pueden acortar en una 50% la duración de la diarrea, reducir el volumen de líquidos de hidratación necesarios y abreviar el tiempo en que se excreta el V. cholerae. Los antibióticos que se pueden emplear abarcan: tetraciclina o doxiciclina.
-Diagnóstico
El diagnóstico se confirma aislando las bacterias a partir de muestras de fluido del recto o de heces frescas.
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